Hace una semana, comenzó en Buenos Aires la novena conferencia de Naciones Unidas en la lucha contra la desertificación (UNCLD), y el cambio climático no faltará a la cita que reúne a diplomáticos y científicos de 193 países hasta el 9 de octubre en el hotel Hilton de Puerto Madero.
Se dice que este encuentro será una previa a lo que sucederá en Copenague, ya que se verá la disposición que tienen los distintos países para combatir el calentamiento global, causa y consecuencia de la desertificación.
Como hemos dicho en posts previos, el cambio climático vuelve a poner en debate si se debe mitigar (moderar) los impactos del cambio o adaptarse los mismos, es decir, el viejo debate entre los países desarrollados y en vías de desarrollo respectivamente, o más exactamente, entre ricos y pobres.
Octavio Pérez Pardo, director de Conservación del Suelo y Lucha Contra la Desertificación de la Secretaría de Ambiente de la Nación, dijo al diario Clarín que “Los países desarrollados, como tienen compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, quieren que todo el mundo mitigue. Pero en nuestro país hay gente que necesita luz o agua. Tenemos que ser claros en determinar el acceso a energías sostenibles, pero sin perder de vista el acceso al desarrollo”.
En Argentina el 75 por ciento del territorio son tierras áridas, semiáridas y secas, actualmente la región patagónica sufre la peor sequía en 80 años, y la menor humedad atmosférica y las pasturas secas generan incendios cada vez más destructivos que consumen materia orgánica de los suelos, dejándolos improductivos, y generan gases de efecto invernadero. La cobertura en español sobre este evento lo pueden seguir a través de http://www.iisd.ca/desert/cop9/
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